TODOS A LA CÁRCEL , Y EL MUSEO… TAMBIÉN!
No os asustéis! No se ha detenido a nadie, y muchos menos al
museo. Pero si se pensó, en la antigua cárcel de Murcia, como una posible sede
para albergar las colecciones del museo
, en un momento en el que las secciones de arte y arqueología pertenecían a una misma
institución, el Museo de Murcia. Estas se encontraban como en la actualidad en
edificios separados, la de arqueología en la Casa de la Cultura, y la de arte
en el nuevo edificio construido para tal fin por el arquitecto Pedro Cerdán,
aunque formaban parte de un mismo museo, cuyo presupuesto y dirección era la
misma. Urgía en este momento encontrar una nueva sede , ya que las colecciones iban
en aumento debido en parte a que se producían
nuevos hallazgos, pero frente a esto, la sección de arqueología solo contaba con la planta baja
y el semisótano , espacio que resultaba
insuficiente.
Como solución se propuso utilizar como sede , la cárcel provincial
de Murcia, que dejo de utilizarse en 1980, debido a la fuga de un preso , hecho
que puso de manifiesto , la peligrosidad que suponía mantener una institución carcelaria
en el centro de la ciudad, por lo que se trasladó a su actual ubicación, en
Sangonera la Verde.
Desde que cesó su actividad, fue objeto de nuevas propuestas
para su uso, puesto que en 1979, la Dirección General del Patrimonio Artístico,
Archivos y Museos (Ministerio de Cultura) incluyó este inmueble en el
inventario de Patrimonio Arquitectónico de Interés Histórico Artístico de esta
institución, recomendando su uso cultural, iniciando al año siguiente las
negociaciones entre la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Cultura para el
estudio del inmueble y su rehabilitación, para instalar allí el Museo de Murcia.
En 1987 el Ministerio de Cultura encarga a los arquitectos
José A. M.Serrano y J. L. de Arana Amurrio un proyecto para la ubicación de
esta institución museística en el antiguo centro penitenciario, pero este
primer estudio fue desestimado por considerarse lejos de las posibilidades
presupuestarias, por lo que en 1989 se decide encargar un segundo proyecto a
los mismos arquitectos. Este mismo año se dio el visto bueno al plan de actuación,
y se empezó a planificar ya un
calendario de ejecución que fue presentado el 10 de mayo de 1990 en
el Salón Pedro Flores del Palacio San Esteban de Murcia, por lo que ya parecía
definitiva la nueva ubicación del Museo de Murcia. Dentro de este plan de actuación se contemplaba la demolición de algunos pabellones del inmueble,
debiendo ser respetada la fachada, el muro perimetral y el cuerpo central, por
la incoación del expediente como BIC del edificio.
Según este proyecto, se quería ofrecer al público tres áreas bien diferenciadas, en la primera el visitante podría tomarse un café, o visitar la tienda para comprar un libro, en la segunda podría oír una conferencia o visitar el área de temporal, mientras que en la tercera planta entraría de lleno en las exposiciones permanentes, pudiendo elegir entre las secciones de arqueología o de arte.
En el primer pabellón se encontraría la zona de entrada, con espacios comunes, como la cafetería, información y el guardarropa. En esta zona también estaban destinados los despachos de dirección, administración y conservadores, la biblioteca y el archivo del museo.
En la segunda zona, el visitante tendía a su derecha la sala de exposiciones temporales, y hacía su izquierda la sala de conferencias.
Y en la tercera zona, se encontrarían las primeras dos salas de exposición permanente de arqueología, y siguiendo por las escaleras de accedería al resto de las exposiciones dedicadas a esta sección. y penetrando por uno de los brazos de la cruz griega del edificio se accedería a la exposición de Bellas Artes.
Aunque parecía que este proyecto era definitivo, en 1991 el Ministerio de Cultura lo paralizó por recortes presupuestarios.1993, la Dirección General
de Bellas Artes del citado ministerio declara caducado el expediente para su declaración
como Monumento Histórico-artístico, por lo que se podría derribar y llevar a cabo una construcción de nueva planta , para lo que se llevo a cabo la realización de un tercer proyecto, pero de nuevo, por recortes presupuestarios no se llevó a cabo.
Según este proyecto, se quería ofrecer al público tres áreas bien diferenciadas, en la primera el visitante podría tomarse un café, o visitar la tienda para comprar un libro, en la segunda podría oír una conferencia o visitar el área de temporal, mientras que en la tercera planta entraría de lleno en las exposiciones permanentes, pudiendo elegir entre las secciones de arqueología o de arte.
En el primer pabellón se encontraría la zona de entrada, con espacios comunes, como la cafetería, información y el guardarropa. En esta zona también estaban destinados los despachos de dirección, administración y conservadores, la biblioteca y el archivo del museo.
En la segunda zona, el visitante tendía a su derecha la sala de exposiciones temporales, y hacía su izquierda la sala de conferencias.
Y en la tercera zona, se encontrarían las primeras dos salas de exposición permanente de arqueología, y siguiendo por las escaleras de accedería al resto de las exposiciones dedicadas a esta sección. y penetrando por uno de los brazos de la cruz griega del edificio se accedería a la exposición de Bellas Artes.
Aunque parecía que este proyecto era definitivo, en 1991 el Ministerio de Cultura lo paralizó por recortes presupuestarios.1993, la Dirección General
de Bellas Artes del citado ministerio declara caducado el expediente para su declaración
como Monumento Histórico-artístico, por lo que se podría derribar y llevar a cabo una construcción de nueva planta , para lo que se llevo a cabo la realización de un tercer proyecto, pero de nuevo, por recortes presupuestarios no se llevó a cabo.
Y sigue hoy en día sin resolverse
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